IX Encuentro Regional de Escritores en Moroleòn, Guanajuato.

El encuentro comenzó por los amigosAniceto Blacazar, Jesús Zarazúa, Vicente ruíz, Paola Mares

El sábado 20 de noviembre en el Teatro de la Casa de la Cultura de Moroleón, Guanajuato, al sur del Estado, se llevó a cabo el IX Encuentro Regional de Escritores dentro del marco del II Festival de la Artes, organizado por el Consejo de Cultura de Moroleón y grupos Andamnios, en el marco del II festival de las Artes.
en dicho evento participó Jesús Zarazúa, representante, no sólo se San José Iturbide, sino del Noreste del Estado. En éste encuentro participaron diferentes escritores del centro de la república, de estados como Morelos, Michoacán y por supuesto Guanajuato.

A las afueras de la Casa de la Cultura de Moroleón

En la fotografía se observa a Don Vicente Ruíz Martínez, escritor radicado en Salamanca, cuyos libros han sido un éxito y son editados por Ediciones la Rana, Jesús Zarazúa Rangel, escritor independiente, Jesús Baldovinos, escritor de Lázaro Cárdenas Michoacan, y Roberto Hurtado, escritor de Salamanca.
Mesa de lectura en el género de Narrativa
Momento en que Jesús leyó "Doña Lencha" cuento que gustó al público presente

Los cuatro escrtitores en el Teatro de la Casa de la Cultura.
Dentro de este evento se presentó el libro de poesía "Arder" del poeta de Apaseo el Alto, Guanajuato Ramón Granados Juárez, libro que fue comentado por Jesús Zarazúa Rangel.
Los dos escritores jóvenes del estado al momento de la presentación en el Teatro de la Casa de la Cultura de Moroleón
Jesús unos momentos antes de comentar el libro de Ramón.

Nave de papel. diario Pueblo Chico. San Luís de la Paz.

MEXICANIDAD
Jesús Zarazúa Rangel

“Un nuevo día
sin saber a dónde,
en éste mundo de máquinas
soy una pieza más”.

¿Ser mexicano qué significa en quién lo es?, ¿la mexicanidad cómo se puede medir y cómo se puede mostrar?

México es magia, México es tradición, México es historia, México es hoy.

Ser mexicano dicen es un orgullo, pero lo dicen sin sentirlo, sólo se dice en el mes de septiembre y sólo se manifiesta el día del grito, ¿pero los demás días del año el que se dice ser mexicano qué es?
Cada 15 de septiembre vivimos algo que tal pare todos sentimos y es que cada que llega ésta fecha nos encontramos con que todos traen sus zarapes, rebozos, botas, sombreros y tantas cosas que significan y reflejan el esplendor de nuestra grandeza como cultura y de la cual los actuales mexicanos somos herederos pero que no hemos sabido llevarla a la cotidianeidad de nuestras vidas porque parece que únicamente nos renace cada día 15 de septiembre y los demás días del año se la pasa aguardando el momento en que le demos vida, mientras tanto se la pasa reposando en uno de los rincones íntimos de nuestra alma, pero no permanece guardada celosamente, más bien, está olvidada, se encuentra en decadencia. Pero afortunadamente cada 15 de septiembre sale de nuestros corazones para dar el grito de libertad.
Pero al mantenerla guardada y olvidada estamos renunciando a nuestra libertad, ya que para ser libres debemos traer la mexicanidad bien conciente a diario y en todas nuestras actividades para que nuestro México pueda crecer y ser un país que nos brinde verdadera libertad.



Estamos en el tan esperado siglo nuevo, es el siglo XXI, donde la tecnología, el modernismo, las nuevas olas musicales, y la invasión del plástico se han hecho presentes en cada uno de nosotros, se han convertido parte intima de nuestra cotidianeidad, han traspasado los sentidos y la piel para ser un video plasmado en el alma, un mail que el cerebro manda al corazón y donde dice lo que se debe sentir porque lo vio en la televisión y así lo dicen los comerciales; hay que comprar un sentimiento que su envoltura sea plastificada, hay que adquirir el novio, la novia de moda, compra jeans para que las mujeres más guapas te hagan caso, para que te encuentres con el coche de tus sueños lleno de aventuras eróticas, con eternas vacaciones en la playa de tus alucines, compra, compra, compra, compra no sientas nada que tu corazón es una válvula fabricada por LG, y usa pilas Duracell.
Como ves la tecnología viene a suplir todo eso que no vale, que no tiene sentido, -supuestamente- todo eso que lleva tiempo realizarlo y además dicen que es tradición y que es cultura, pero eso queda lejos, lo nuevo es lo que viene de allá, del norte, eso sí es bueno, ¿qué no has visto la tele, no has entrado al ciber-espacio? Allí se dice y se muestra lo que ha de hacerse y es la nueva cultura.

Con éstas palabras llegamos al 15 de septiembre por la noche al zócalo de cada pueblo, y cuando llega la media noche o la hora en que el alcalde da el grito, las dejamos y empezamos a gritar ¡¡viva México cabrones!!, ¿pero durante el año dónde quedo ese grito, dónde está la identificación con nuestras costumbres, dónde?

Hoy en México abundan los pájaros muertos en las canastas, en los petates, se recogen y se ponen en las vasijas que se han llenado de lagrimas a causa del olvido, se los lleva el torrente que creció con la lluvia de ideas que fueron bombardeadas desde otro punto que desconoce la sensibilidad de éste pueblo maravilloso, que agoniza en cada hot-dog, en las ideas de los súper héroes.
¿Dónde han quedado esas manos que animan el cartón, esas manos que se baten con barro, esos pies que se deslizan suavemente al ritmo musical de los violines, tambores, jaranas, arpas y esos ojos que asombrados descubren los mágicos colores del arco iris que se muestra después de cada lluvia?
Somos victimas de invasiones, nuestra sangre ha sido suprimida por coca-cola, nuestra alma se ha virtualizado en Internet, nuestras tradiciones se han convertido en circo para extranjeros, han desgarrado nuestro corazón haciéndonos ver como objetos sin valor, han deshumanizado nuestro linaje y lo han transformado en un basurero de proyectos, somos conejillos de indias a los experimentos sociales, somos blanco de sus cacerías, somos una especie que quieren extinguir y han comenzado por arrancarnos esos signos que tallados en piedra, en madera, fueron símbolo de nuestro sentir, nos identificaban con nosotros mismos. Hemos extraviado el sol, las tardes que en sus platicas trenzaban historias que los abuelos contaban, esas historias de brujas, del ánima, de la milpa, mientras las abuelas luchaban contra el fogón, la leña, el metate, el molcajete para hacer de comer, para recibir con gusto al esposo y a los hijos que dejaron el sudor en la milpa, que araron un día pensando cosechar un futuro, un mañana, un después, esos hijos, esas mujeres que en los bailes se enamoraban de la vida y se presentaban a un Dios para que les bendijera, para que los guaira y ellos crecer juntos, en la vida, en el amor.
El amor, hoy despareció, hoy se compra, hoy se vende en cualquier tienda de autoservicio, en las transnacionales, se fabrica en maquiladoras donde se explota al hombre, donde se terminan los sueños, el respirar, el sentirse bien, donde muere el buen humor y donde nacen los corajes, la desesperación, la angustia de querer y no poder escapar a esa cárcel, es donde las lagrimas sepultan el orgullo, la sensibilidad y el gusto de decir soy mexicano.

Buscando esas raíces perdidas encontré manantiales necios que no han dejado de tener y producir vida, encontré el sonido de las arpas, de las guitarras, de los violines, escuché el llamado del caracol para reunir las voces revolucionarias en un canto, para ir a la vida, para no dejar morir a éste México herido, somos bastión de lucha, somos guerreros aztecas, mayas, toltecas, chichimecas, olmecas, somos guerreros del México de hoy, somos México, somos quienes con la esencia del pasado haremos la voz de hoy. ¡no resucitaremos a nuestros muertos!, viviremos buscando nuestra vida, nuestra identidad, no nos dejaremos inundar por falsedades que nos despojan del alma, seguiremos en la embriaguez del pulque, en el cobijo de los zarapes, en la digestión de sopes, enchiladas, seguiremos en el fulgor de las fritangas, del castillo, las danzas, bailaremos junto a las mojigangas, bailaremos con banda, norteño, huapango y el mariachi dejará caer los sones al momento en que el castillo alumbrará la noche y los toritos recorrerán las plazas de todos los pueblos y nos daremos cuenta que nuestra especie resiste, de castillo en castillo, de enchilada en enchilada, de huelga en huelga, y que somos vida, somos muerte, somos Tláloc, Quetzaltcoalt y somos cristo, somos difuntos el 2 de noviembre y somos vida el 15 de septiembre. Tenemos sangre de indígena, tenemos sangre de europeos, somos mestizos, somos auténticos mexicanos, somos herederos del ayer, del sol, somos herederos del catolicismo, de las naves marítimas que se mezclan y danzan al ritmo de los violines, que danzan como venados y vuelan de la pirámide del sol a Bellas Artes, de la Catedral a el estadio Azteca, de la ciudad de México a Guanajuato.
México es magia, México es tradición, México es tierra florida, donde hay historia y vida, donde se nace y se muere a diario con la esperanza del mañana, en México hay fiesta, hay dolor, hay riqueza y hay pobreza, México es verdad y es mentira, es papel picado, leyenda, canción, charreada, ritual. México es José Alfredo, Pedro Infante, el santo, Lucio Cabañas, Genaro Vázquez, el Mosh y Marcos. México es reata, jarro, agua, calácas pero sobre todo es lo que cada uno de los que se dicen mexicanos hace de él.

Ser mexicano no es fácil, hay que reconocer las carencias de nuestro país, de nuestro gobierno, pero también hay que reconocer que no hemos sabido ser verdaderos mexicanos, hay que aceptar que nos ha faltado la decisión, el coraje para levantar la voz y ser escuchados, debemos reconocer que vivimos en constante cambio y nuestra respuesta a esto no puede ser el ritual del “haber que sale”. Debemos procurar ser parte de los cambios y los creadores de ellos.

No esperemos que lleguen fechas para conmemorar, vivamos siendo mexicanos todos los días, seamos los que a diario se la parten, porque aún creemos en México, y sabemos de su gente, de las luchas que han contribuido a que seamos lo que somos, no dejemos que la invasión de las ideas gringas aplasten las nuestras, quememos juntos el hallowen y con flores de cempasúchil adornemos nuestra casas para recibir a nuestros muertos, con rosas blancas adornemos nuestras casas para vivir en ellas. no dejemos que otras costumbres supriman la nuestra y mucho menos nos dejemos convencer y cambiarnos a ellas.

México es nuestra tierra y la mexicanidad la hemos perdido, la hemos dejado perder y tal parece que no nos interesa encontrarla y hacerla nuevamente de nosotros.
México es hoy y hoy precisamente a nosotros los actuales habitantes de ésta tierra nos toca organizar la fiesta grande del futuro, nos toca ser revolucionarios para poder llegar a ese 15 de septiembre y gritar con garganta abierta y sin resentimientos y con sinceridad “¡¡¡ viva México cabrones!!!”

Nave de Papel. Diario Pueblo Chico. No. 311. Miércoles 1o de septiembre. San Luís de la Paz.

La Fiesta Íntima de San José Iturbide
Jesús Zarazúa Rangel


Dibujo de Salvador C. Zarazúa Rangel


“Aunque hace mucho viento, es una noche muy bonita
disfruto cada momento y por eso no me meto
que al fin y al cabo el gusto, el goce quién me lo quita
y menos si ando cobijado con el manto de La Virgen de Loreto”


Pese a que la fiesta más grande de San José Iturbide es la que se celebra cada cinco de febrero, a consecuencia de el aniversario de su fundación, en la cual llegan miles y miles de gentes, algunos vuelven del Norte, otros de ciudades como Querétaro, México, Guanajuato, Guadalajara y muchos otros rincones de la república mexicana que se han convertido en tierras adoptivas para nuestra gente, ya que en esos lugares están realizando su vida, aunque muchos de ellos no lo han escogido de ese modo, sin embargo el destino es de esa manera, pero vuelven para reencontrarse no sólo con sus familiares y amigos, sino con su terruño y con ellos mismos, ya que la tierra al igual que la sangre, llama. La fiesta de febrero, se da a consecuencia de la toma de posesión del terreno en 1754 para la erección del templo parroquial, es decir la fundación de nuestro pueblo fue por motivos religiosos.

Los iturbidenses tenemos la dicha de celebrar otra fiesta, también a causa de motivos religiosos y es precisamente el ocho de septiembre, día la Virgen de Loreto, la cual se lleva a cabo en el Templo de la Santa Casa, el cual está ubicado en pleno centro, a una cuadra del Templo Parroquial, sin embargo, esta fiesta tiene algo que la hace diferente a la de febrero, aún sin llegar a ser acaudalada, llena de jolgorios, es una fiesta que contrasta a la calle Allende (avenida en la que se encuentra ubicada), ya que la cotidianidad del diario, la cercanía con las casetas de teléfono, los bancos, el Internet, las grandes papelerías y por supuesto el diario trajín de los automóviles que se ven muy cotidianamente enfrascados, haciendo de ese modo a ésta calle, una calle conflictiva, difícil de transitar, sin embargo, los días siete y ocho de septiembre, la calle Allende cambia los autos por puestos, la gente entra en un juego de ir y venir, de ver, escudriñar los puestos y comprar. El aroma a fritangas se siente por toda la avenida, el viento goza dándole vida a los adornos de color azul y blanco, la banda de viento suelta sus acordes desde muy temprano, comienza junto al repicar de la mañana que anuncia algo, algo que tiene vida y que está por explotar junto a la pólvora de los cuetes que anuncian el rosario de la aurora. Después de manera espontánea la vida se desarrolla y se llega una extraña melancolía, un recuerdo a algo más que puestos de pan y tacos, va más allá del ruido que puedan ocasionar los discos piratas y el cuchicheo incesante de la gente, va hasta tocar el hueso de la devoción, hay misa, rosarios, confirmaciones y la gente acude con gusto, con ganas de encontrarse frente al creador a través de la intersección de la Virgen que habita esta Santa Casa.

El Templo de la Santa Casa, es una construcción que se comienza en 1866 gracias al empeño de muchos iturbidenses, es una construcción iniciada por el pueblo y tal vez sea por eso que casi de manera intima cuando se llega su fiesta, es la gente del pueblo quien la organiza, quien la vive de manera muy especial, cierto es que hay gente que viene y visita, sin embargo en ese río de gente, existen caras muy conocidas, es la gente de la cabecera municipal, es la fiesta familiar de los iturbidenses y en la cual no intervienen los gobiernos municipales, la fiesta es del pueblo y para el pueblo. Es por ello que esta fiesta tiene un sentido íntimo, fraternal que en verdad nos deja disfrutarla. A esta celebración se le ha dado un toque muy distinto, ya que en ella convergen tres elementos esenciales que tocan la raíz de un pueblo, la devoción, la música y el comercio, elementos fundamentales de la vida humana.

En la devoción encontramos la fe, esta fiesta aún es como las de antaño, estructurada de la siguiente manera, la novena a la Virgen, a la cual acuden las señoras y todas las personas que son originarias y cercanas al lugar donde se encuentra el templo. La misa de función con el Señor obispo y las confirmaciones, la danza a la puerta del templo, ya también de forma tradicional se presenta la Danza de “Los Rayados”, quienes con su tambora y su violín hacen que la gente guste, que los niños se acerquen y de pronto cuando se acercan al denominado “diablillo” lloren, se asusten e incluso corran a donde está su papá o su mamá para sentirse protegidos y la pólvora con la que se inicia la fiesta, desde la mañana con los cuetes que pretenden dar aviso que la celebración comenzó hasta el castillo culminación de la fiesta, acompañado de esas bombas que adornan el cielo de nuestra ciudad y le devuelven lo ancestral que a veces en la modernidad se ha perdido, dándole el aire que necesita para respirar .

La música, la banda de viento “los músicos trompa de hule” que tanto gusta a la gente, que tanto sabor le dan a la fiesta, tocando las canciones de moda también los clásicos corridos. Además esta fiesta de la Santa Casa, tiene la dicha de cada año contar con el son, desde que recuerdo a esta celebración acuden Los Leones de la Sierra de Xichú, que con sus versos improvisados y sus sones huaxtecos le dan un sabor más a pueblo, sin dejar de lado las interpretaciones en huapango arribeño sobre los temas de actualidad que competen a todos los que vivimos en este país y que van enlazando conjuntamente con lo sucedido en el instante y que hacen que sea divertimento para las personas que ahí acuden. También importante la participación de la Estudiantina Dobla Provinciana, originaria de este lugar y con más de 20 años de existencia, que siempre le da el aire juvenil a la fiesta, además de divertir con sus chistes y sus brindis que tan famosos se han hecho por la región.

El comercio, aunque no a gran escala, encuentra en esta fiesta una salida y una esperanza de vida, ya que muchos puestos locales y fuereños, buscan vender y tener lo que las personas quieren comprar aunque no lo necesiten, si caminamos por la avenida encontramos puestos de pan, de discos, de gorras y principalmente puestos de comida, tacos, guajolotas, pozole, enchilada y un sin fin de comida lista para degustar y más adelante, allá por el jardín se encuentran los juegos mecánicos para los niños, un escaparate a la cotidianidad que viven en la escuela.

Esta fiesta es el pulmón que le brinda el oxigeno a San José, que le da el aire a pueblo, que hace a un lado lo cotidiano, lo moderno y nos vuelve a un pasado común entre nosotros y nos vuelve familia.

“Ya suenan las campanas y los cuetes anuncian la fiesta
la gente se apresura para llegar a misa
los niños en su ropa muestran su blancura
la danza en su tambora llama a la tradición
y en los puestos de comida se encuentra el sabor
de un pueblo lindo y con aires de ciudad
sin embargo hay algo más que eso
y es la devoción, la vida misma que hay aquí
y que a diario corre y se da un descanso hoy
para ir a saludar, persignarse y rezar
a la Virgen que está en su altar
a Dios que está en el lugar
mientras la gente goza, come y se divierte
pidiéndole un cambio a su suerte
hoy en este ocho de septiembre
en la Santa Casa de Loreto”

Nave de Papel. Miércoles 3 de Septiembre. No 309. San Luís de la paz, Gto.

La calle oscura
Jesús Zarazúa Rangel

Camino silente por las sombras ausentes. Mi ánfora está repleta de inquietudes (desesperaciones quizás), sin embargo, no he apresurado el paso, lo mantengo como calles atrás, pretendo no titiretiar pero un pequeño temblor llega a mi pecho.

¿La luz se ha extinto ó sólo se ausentó un momento? La incertidumbre se apodera de mis pies; doy pasos precavidos, sin embargo no veo en dónde los coloco, parece suelo firme, pero se bien que en las banquetas suele haber mierda de perro ¿ya mis suelas estarán llenas de ella? Mi caminar se ha vuelto titubeante, inseguro, incómodo, tal vez temeroso.

Una, dos, tres… calles oscuras
Una, dos, tres… lámparas apagadas
Una, dos, tres, cuatro… razones por las que hay que tener miedo.
Una, dos…, cuatro, cinco… preguntas que llegan a mi mente
¿A quién miras cuando me miras?
¿A alguien miras cuando me miras?
¿A quién miras cuando en mi te miras?
¿Qué miramos cuando nos miramos?
¿En la oscuridad de la calle se podrá mirar algo? Ni siquiera veo mi sombra. Mis vértigos acuden al lugar en el instante preciso en que menos los necesito. Mis tal vez comienzan a empujar a los quizás que se encuentran desprotegidos, olvidados por la razón y eso que apenas he dado diez pasos y la calle parece no tener final. Bueno, desde aquí, el fin es aquel foco opaco que da una luz sorda y débil a quién sabe qué cosa (no alcanzo a distinguir). Pero que desde aquí simula ser la cúspide de mi vida, lo alto de la calle, la meta que en este segundo me he propuesto alcanzar.
Hay voces invisibles pero audibles, son rostros huecos de resistencia; debilitados por la ilusión del mañana. Vencidos por la idea del ayer. Dos pasos más, me detengo, doblo las rodillas, me acomodo en el suelo sucio en el que miles de gentes han dejado sus huellas, pero de ellas nada queda, menos en esta oscuridad. Tiento mis suelas y nada, sólo el polvo, polvo del camino, polvo de la vida, del amor, de la soledad, polvos de las risas. Todos extraídos de algún recoveco de la tierra del recuerdo. Alguien más lo pudo haber traído en sus suelas. A mi me toca llevármelo a otro lugar, luego dará vuelta y comenzará el ciclo del polvo.

En mis lapsos oníricos he deseado la brillantez, la luz, pero he sido testigo de cómo se carcome al vuelo de las mariposas. Me he levantado a tientas, mis manos se apoyaron en el suelo (como todo acto de sobrevivencia). Ahora no sé hacia qué dirección ha quedado mi frente. ¿Al norte ó al sur, al oriente ó al poniente? Eso ya no importa y continúo simplemente para adelante. Sólo soy un andante nocturno. Entre mis pasos renacen algunas cavilaciones; tanta vida a la luz del sol, y a las tinieblas sólo sé que soy yo, porque a los demás no los distingo. ¡Voy solo!

Siempre he estado sentado en el umbral, con la espera olvidada sobre el dintel de la nada. Hoy mi mochila la llené con las canicas que usé en la infancia, no se por qué calle voy. No conozco el destino. Ni siquiera puedo imaginar el final. ¿Se me habrá olvidado algo? ¿Un quinqué? ¿Una vela? Ó, ¿Simplemente mis ojos? La oscuridad es un simulacro del infierno.
Este viento árido hace que te adivine en lo oscuro y que te imagine en la luz. He recorrido cuatro metros apenas, no se si he retrocedido o avanzado, pero llevo cuatro metros más. Sigo tambaleante, en busca de algo. Ya no se de qué, pero he comprendido que la calle está oscura. ¡Está en ruinas! Es un pasadizo al crepúsculo. La noche la ha invadido. De día parece imposible imaginar el murmullo de los muertos, en este instante siento que pasan en los gatos que corren al oír mis tropezones.

¿El destino tendrá forma?
¿La calle tendrá destino? ¿Siempre estará oscura? ¿Será recta siempre?
¿En qué cuelga mi suerte? ¿Cuál es la calle de mi suerte?

Sigo silente, incontenible. Me abrazo al recuerdo pero me desatan las dudas, voy fugaz…pero muy despacio…
Miren nada más como sus miradas al mirarse misteriosas, sonrientes, crispadas y aparentemente frescas van desvaneciéndose, quebrándose y se incendian en cada paso caminado sobre la calle que tal parece no los deja escapar de si mismos y que a cada metro recorrido se hace más oscura, la calle oscura, la calle oscura del alma, la calle oscura del corazón, la calle oscura de la tristeza, la calle oscura de la realidad, la calle oscura de la pobreza, la calle oscura, la calle oscura, la calle, oscura, oscura, la calle. La calle oscura.