Heraldo de San José 2010, No 10. Diez años

La edición 10 de Heraldo de San José ya vio la luz de éste 2010, año del Bicentenario, para ésta publicación anual de las fiestas de la fundación de San José Iturbide, preparé "Tres relatos de antes", uno de ellos "Los del Cerro" historia que cuenta acerca de las rebeliones que se desatarón en la zona a consecuencia de la Revolución y en el tiempo post revolucionario, "1957, al año que no llovió" relato donde se comenta que hubo un año en que el agua no llegó a tiempo, provocando la sequía y la necesidad de traer maiz de otra región de México y por último "Asi nos íbamos al norte en 1960", un relato de primer mano por parte de quien en esa década se convirtió en bracero. Los tres relatos que aparecen en éste número de Heraldo de San José, forman parte de un trabajo llamado "Una Mirada a San José" que en el año 2007 ganó el primer lugar del Primer concurso municipal de mitos y leyendas, convocado por la Casa de la Cultura y la Caja San José, sin embargo nunca fue publicado ese trabajo, por lo que de manera muy esporádica, trataré de compartir ese trabajo con todos ustedes, amigos mios y lectores. También les comento que tengo muy buena fuente, que aún tengo en espera de ver luz más relatos y más historias de San José Iturbide, Guanajuato. México. Mi tierra.

Relatos de antes, vienen en las páginas 48 y 49, los dibujos son de mi gran amigo y pintor queretano Ángel Vega Cruz, quien los hizo a lápiz, conservo los originales.

Esta es la portada que presenta el Heraldo de San José para éste 2010, ya es la tercera vez que participo en dicha publicación la cual es un referente bibliográfico para conocer nuestra tradiciones, ojalá que se siga editando y mejorando cada vez para que tengamos un espacio para el legado histórico que le dejaremos a nuestros hijos.

Febrero

Es inicio del segundo mes, de esta década del nuevo siglo. Febrero, comienzan los aires a levantar el polvo, las calles se llenan de gentes que transitan sin ninguna dirección, como en el carrusel de la feria, sube y baja, de izquierda a derecha y al contrario del reloj, según lo que cada quien vea o busque. La magia surge de pronto y no hay sombrero de hechicero o mago que la genere, simplemente brota, como si fuera un manantial, seguimos vivos, es el clamor popular, y es que a estas alturas, cuánta gente no ha muerto ya. Se deslizan los pasos por estas mismas calles que desde niño he recorrido, a ellas se han sumado más, algunas estrechas, otras simplemente calles por la función que cumplen, quién pudiera volver a trazar junto a Tatalejos el cuadro que ocupará la parroquia que se erigirá y que de pronto en alguna época un tal Nicolás Campa le cambiará el rumbo, quién será capaz de gritar desde lo profundo de su pecho y levantar la mano en señal de que ya estamos hartos de ver el deterioro de nuestro terruño, quién, quién si no tú, pueblo mismo, levanta tu banderín amarillo con que la negra de la venta de comida que situada en el camino real, alza para dar señal a los bandidos para que se apropien del oro y plata que llevan las carretas provenientes de Zacatecas y quizá, una que otra de Pozos, quién podrá abastecer de agua al sediento pueblo que en vías de desarrollo, de pronto ve su Caracol envuelto en basura y arropado con la contaminación del olvido, mientras la manta protectora del recuerdo lo evoca porque los labios se han agrietado a falta de humedad, quién, Caracol de agua cristalina, quién, podrá devolverte esa brillantez y esa frescura que mis ancestros bebieron de ti. Cuántos pasos más faltan para llegar, cuántos más, para poder ver tu Custodia que ahí, colocada en el adobe es testigo de los días, evocación de las leyendas y manantial para los mitos, quién pudiera verte Custodia, guardiana de éstas tradiciones, tesoro de voces que se cuentan, que te cuentan y te hacen reminiscencia para que puedas seguir vigilando y protegiendo de los demonios que de pronto habitan las calles y no dejan de arrastrar sus cadenas.

Comenzó febrero y la polvareda no se suelta de la mano del viento, sacuden los tejados para anunciar con todo estruendo que la magia de las ilusiones ha llegado, febrero, San José y su fiesta, el Señor del Santo Entierro, devoción, misticismo, entrega, lucha, fe. Tu pueblo te tiene, tú tienes a tu pueblo. Qué tanto hay que saber sobre ti, Señor de milagros concedidos, Señor de súplicas y ruegos. Éste templo de cantera rosada es tu guarida, tu casa, allí, tus fieles te encuentran, este mismo templo es motivo del nacimiento del pueblo que te evoca y te jura fidelidad, allí, cuántos años hace de su erección, cuántas gentes han dejado el polvo de sus pies en tu suelo, cuántas gentes han dejado sus lágrimas en tu eco, sus sonrisas habitan en tu aire. San José está de pie y más que nunca su corazón late y su pasado respira, la memoria está más presente y sobre toda viva.

Estamos de fiesta*

Un estruendo de cuetes ha invadido los oídos de toda la población, están anunciando que ya es cinco de febrero y después de ello las campanas repican, ondeando su llamado por todo el aire del noreste de Guanajuato, lugar en donde se encuentra ubicada la población de San José Iturbide,

Hoy, los iturbidenses nos despertamos más temprano de lo que acostumbramos, es día de fiesta, celebramos la imagen más milagrosa con que cuenta nuestra parroquia y de la cual se dicen muchas cosas, e incluso es motivo de relatos y leyendas, recuerdo muy bien, cuando niño se decía que la imagen del Señor del Santo Entierro, era una imagen de carne y hueso real y que cuando uno acudía a rezar a solas con él en su capilla ubicada en la parte sur de la cruz que forma el majestuoso templo, abría los ojos y seguía a uno con atención. Esto a algunos causaba miedo, pero a la gran mayoría fue causa de respeto y hoy cinco de febrero estamos de fiesta celebrando esta sagrada y querida imagen de los iturbidenses que a ciencia cierta no se sabe de su origen pero en torno a ello, hay muchos relatos, la mayoría alimentados por la imaginación popular, pero que han hecho de este hecho, una de las raíces más profundas en cuanto a la identidad iturbidense.

Hay quienes dicen que San José nació a partir de la fundación de la parroquia en 1754, sin embargo, hemos visto documentados diversos hallazgos arqueológicos, en los que se han encontrado diversos utensilios la mayoría de manufactura Chichimeca, también hemos escuchado que existen vestigios de capillas Jesuitas construidas a principios de 1700, e incluso en algunos relatos se cree que la imagen del señor del Santo Entierro data de antes de la fundación, lo cierto es que, hasta el día de hoy sigue siendo un misterio, pero lo que es más relevante es que San José Iturbide sigue celebrando la fiesta en honor de esta imagen y es más fuerte y arraigada que los cuetes, las danzas, las luces de los castillos y las campanas no han cesado ni un solo instante y sigue fulgurando la fiesta del cinco de febrero.

La banda de viento sigue entonando como desde hace muchos años, las mañanitas, las dianas mientras la danza sigue haciendo retumbar el suelo de esta población que rinde culto a la imagen milagrosa del Santo Entierro, cuyo primer registro de su existencia data de 1841, cuando en el libro de providencias diocesanas se consigna de la imagen que en el sitio central del presbiterio, a la derecha de San José y a la izquierda de la Purísima Concepción. También existen pedimentos de indulgencias para quien venere la imagen y fueron hechas al Obispo de Linares en Nuevo León Obispo auxiliar de la diócesis de México, a la que pertenecía San José Casas Viejas y otorgó 240 días de indulgencia.
El viento ha llegado, es febrero y como cada año, la gente sale de sus casas, va a misa y luego al jardín, los niños se encaprichan porque quieren estar viendo todo el rato a “los apaches” que son los danzantes. En el pasto de la plaza principal, las familias completas gozan de tacos de carnitas con unos chiles de vinagre. El sol sigue su marcha y el tiempo no se detiene, una vez más, la vida se escurre como un hilo de agua en el desierto, el sol pega más y el viento hace que las caras se cuarteen y se busquen ansiosas las sombras. Los niños se preguntan el por qué de la fiesta, el papá evita dar contestación, tal vez no conoce la respuesta, sabe que es la fiesta principal del pueblo, pero también sabe que hay dos motivos. En lo civil, es la fundación, que en realidad también tiene que ver con la fundación de la parroquia, y en lo religioso es la celebración del Señor del Santo Entierro. Las horas siguen su marcha, los cuetes han invadido el cielo azul y rebosante de este lugar mágico, el jolgorio de la fiesta esta en el viento, olores de antojitos mexicanos le dan el toque de provincia y comunidad, pero también el volar del ala delta que circunda la ciudad desde el aire, las competencias de coches arreglados y la espectacularidad de los anuncios le dan un aire de modernismo y consumismo que a veces nos hace olvidar el origen y la razón de estar aquí.

El jardín se sonoriza, los mariachis, los conjuntos norteños están cerca del kiosco a la espera de ser contratados para entonar una canción, algunos ya lo hacen y van dando vueltas por la plaza de piso rosado, que en otros tiempos fue el lugar de comercio y que hoy en día sigue conservando un fresco aroma.

La tarde va cayendo, los rostros empolvados dejan ver un poco de cansancio, mientras los rostros infantiles quieren seguir de pie, alrededor de la danza y de pronto dar brinquitos e incluso se animan a dar una vuelta en ella, pese a que los diablillos acechan. ¡Qué años aquellos! Podría recordar cualquiera que vivió los tiempos en que los juegos se ponían en frente de lo que hoy es el mercado y que por muchos años fue conocido como en frente de la Casa Colorada, una tienda de licores que duró muchos años y que a últimas fechas se convirtió en una mueblería, pero que recuerdos, ahí, en mero enfrente se ponía la rueda de la fortuna, ahí comenzó el noviazgo de mis padres. Cuántos recuerdos de años pasados, la ola que hoy en día ya es un juego mecánico que no existe como tal, los caballitos y los puestos de carnitas que hoy en día se siguen dando.

Pero volviendo al asunto del señor del Santo Entierro, recuerdo que en mi niñez gustaba de ir a su capilla y ver los milagros que se colgaban junto a dibujos de arte popular en donde se representaban los milagros y las obras hechas a favor de alguna persona, había uno que me llamaba la atención en especial y era un dibujo de una persona que se salvó de morir cuando estando en la labor del campo y estando lloviendo fue alcanzada por un rayo, también había dibujos de accidentes. Ya hace algún tiempo que no entro, pero creo que ya todo eso fue retirado y lástima porque es parte de la cultura local y de las creencias religiosas más arraigadas en nuestra población, ojala que algún día hagan una exposición de todos estos retablos y milagros, al igual que se pueda contar con una exposición de leyendas y relatos en torno a la imagen, por cierto a continuación les cuento una, creo que es la más famosa, sacada de los “Apuntes Históricos de San José Iturbide, Gto. Un texto del Pbro Salvador Medina que dice:

Cuentan que allá por las guerras de Independencia de 1810, una noche lluviosa y fría, llamó a la puerta del curato un forastero pidiendo por el amor de Dios hospedaje por aquella noche inclemente. El párroco, que no se sabe quién era pero de indudable corazón, no sólo mandó que de inmediato se le hiciera pasar a él y a sus cabalgaduras, y que se sentara a la mesa parroquial. Grata fue la sorpresa que forastero, párroco y gente de la casa tuvieron esa noche oyendo mil relatos fantásticos de labios del desconocido. Avanzada la noche se dispusieron a recogerse cada quien en su alcoba. Fueron tantos los cuidados y atenciones que recibió el forastero del señor cura y de sus sirvientes que dijo “Ganas me dan de quedarme en este lugar porque he encontrado un gran corazón en todos, cosa que ahorita no había encontrado en otros pueblos” partió el forastero y sus cabalgaduras, y todo se había olvidado hasta que días después se encontraron en el cuarto en donde se hospedaba a las visitas, una caja grande de madera. “Seguramente –dijo el señor cura- esta caja es del forastero de aquella noche. Ya se acordará y vendrá por ella”. Pasaron varios meses y hasta más de un año y el día de la fiesta del pueblo por estorbar aquella caja para las visitas, decidieron quitar la caja. “Bueno –dijo el señor cura- y qué tendrá adentro”- abrieron la caja y se encontraron con la muy hermosa imagen del Señor del Santo Entierro. Lo pusieron a veneración de los fieles y pronto tuvo el cariño de todos y se hacía alusión a las palabras del forastero “que había encontrado un gran corazón en todos y se había quedado”.

Motivo suficiente para que cada año acuda a nuestra parroquia el Señor Obispo de Querétaro y los miles de fieles de todas las comunidades se arremolinen para escuchar misa y tener la bendición del representante de Dios en estas tierras. Pero la fiesta no termina, existen más cosas que disfrutar este día, el castillo se prenderá por la noche y de nueva cuenta las campanas repicarán, mientras tanto les cuento otro relato en torno al Señor del Santo Entierro, este fue publicado en un folleto de 1975 por el Cura Filiberto Carrillo, el cual se nombró “Breve historia del pueblo” y a decir de Muñúzuri este relato “hace retroceder, sin fundamento, el origen de la imagen venerada hasta el mismo padre Izeta, primer sacerdote que tuvo la capilla de Casas Viejas”. Y arguye que como es costumbre el padre Carrillo no aporta datos sobre la fuente y para ser sacada del dicen que dijo que dijeron. A continuación les cuento el relato que al parecer sucedió entre 1756 a 1759:

Un día estando comiendo el Sr. Izeta, tocaron el zaguán; salió el mozo y vio solamente una mula que llevaba una caja cargada, sin que alguien estuviera a su cuidado. Se preguntó a los vecinos y nadie dio razón; se puso al animal en dirección a los diversos caminos, pero regresaba a la casa. Ordenó entonces el sr. Cura que descargarán al animal y le dieran agua y pastura, pero con sorpresa de todos, el animal al poco rato desapareció. Esperó el señor cura algún tiempo sin tocar la caja para ver si la reclamaban, más no presentándose nadie, avisó a las autoridades por si era algo comprometedor, como dinamita o algún cadáver. Ante varios testigos se abrió la caja en la que apareció la escultura del Señor del Santo Entierro, aunque algo deteriorado. En el pecho de la imagen venía un papel que decía “Soy el Señor del Santo Entierro. Me vine de Monterrey, porque allá me sacaron en procesión a la calle para que cesara una peste, pero hubo gentes que se burlaron e hicieron profanaciones, por lo que me vine, y me iré también de aquí si hacen lo mismo”

A veces cuando he escuchado estos relatos, me imagino la puerta del curato, si una puerta de madera vieja por donde siempre entran los padres a la casa parroquial, aunque hay otra por la calle Nicolás Campa, creo que esa debió ser la puerta principal y hasta los últimos años la puerta que imagino, pero la veo (en mi imaginación) abierta, con ese gris de decoloro a causa del sol y la mula ahí amarrada, cerca de una de las ventanas, y después adentro, por donde está la virgen de Guadalupe, aunque por los relatos de que la imagen en tiempos de los cristeros allá por 1926 y 1929, tiempo en que se desalojaron las imágenes de los altares y fueron depositadas en casas de particulares para su resguardo durante la afrenta, se dice, que algunos hombres fornidos quisieron sacar la imagen , pero no pudieron hacerlo porque se puso muy pesada y entonces tuvieron que dejarla en el templo que fue ocupado como cuartel, pero la parroquia jamás fue ocupada como cuartel en la época cristera, por lo que debió haber sido en la Santa Casa de Loreto, el otro templo que existe en San José, y se dice que la imagen fue respetada por los soldados, y aquí vuelvo a contarles lo que se decía, que la imagen seguía a uno con la mirada, me imagino el respeto que debió haber provocado en los invasores del templo, si uno de ellos vio mover los ojos, pues creo que eso valió la pena ya que la imagen no fue destruida. Existe un inventario de la Santa Casa en donde aparece la imagen, por lo que mi imaginación debe cambiar y concebir la imagen de las leyendas en el curato de la Santa Casa y no en el del templo principal. La noche llegó, los danzantes no han dejado de girar, cada segundo, cada minuto, cada hora hasta completar el día entero, las campanas vuelven a sonar por el cielo estrellado, mientras el castillo saca suspiros y sonrisas de niños y adultos, la fiesta del Señor del Santo Entierro se suma a la fundación y San José entero festeja, este cinco de febrero estamos de fiesta.


Bibliografía.
Muñúzuri Eduardo. De casas Viejas a Casas Nuevas. 1997
Ferro Herrera Miguel. A Golpe de Cincel. 1995
*Texto de Jesús Zarazúa Rangel, publicado en diversos medios del país.

Conocernos como pueblo*



“Si conozco a mi gente
Me conozco
Si me conozco
Conozco a mi pueblo Justificar a ambos lados
Si conozco a mi gente
Y a mi pueblo
Puedo saber quién soy
Y a dónde voy”.
No es nada fácil comprender la historia de San José Iturbide; y no lo es cuando la historia comienza en 1754, el 5 de febrero de ese año, el cura y juez eclesiástico del pueblo de Xichú de Indios (hoy Victoria) el bachiller Don José María Rodríguez, tomó posesión de doscientas varas para la parroquia de idioma castellano. ¿Pero qué existía antes de esa fecha por estos lugares? Creo que ninguno de los libros que se han editado acerca de la historia de nuestro pueblo lo menciona y es de llamar la atención que éste lugar surja a raíz de la necesidad de una iglesia, pero, ¿por qué existía la necesidad de esa iglesia? Eso quiere decir que a los alrededores había pobladores, ¿Pero quiénes eran ellos? Entonces si para esas fechas ya tenía pobladores estos terrenos, significa que ya habían sido fundados algunos pequeños poblados y por lo tanto la fundación de éste nuestro pueblo fue mucho antes de que se tomara posesión de los terrenos para la parroquia.

No pretendo para nada competir con las personas que han escrito acerca de la historia de San José Iturbide, tampoco pretendo dar respuesta a las interrogantes antes plateadas, simplemente quiero manifestarlas, me gustaría que hubiera una explicación más amplia de cómo es que éste sitio guanajuatense fue concebido, cómo es que llega a nacer una población en el noreste de Guanajuato, aún sabiendo que fue paso para llegar a lugares de la Sierra Gorda, como el de Xichú de Indios (hoy Victoria) a donde por cierto pertenecíamos como parte de la parroquia, también el camino real o camino de la plata, el paso de las carretas provenientes de Zacatecas y el mineral de Pozos rumbo a la Ciudad de México.

Resulta muy difícil comprender la historia cuando encontramos muy pocas fuentes a la mano para nosotros quienes somos personas normales y que no tenemos experiencia en archivos y bibliotecas, sin embargo, con los libros que contamos podemos decir que si bien, ya existían muchos habitantes antes de la fecha de la fundación, el pueblo en si nace por una necesidad religiosa y de ahí que aún hoy en día sigamos siendo fieles a nuestras tradiciones y la religión que gestó el nacimiento de éste pueblo, hoy en día, un pueblo muy joven, en vías de desarrollo y crecimiento, pero que desgraciadamente para quienes pretenden gobernarlo, lo siguen viendo como un “ranchote”, San José ya es una ciudad, con todos los servicios y más aún con todos los problemas que pueden aquejar a cualquier ciudad, problemas de educación, de violencia, delincuencia, ingobernabilidad y también con virtudes como son el tener todos los servicios básicos y algunos de lujo como el telecable, el teléfono, calles pavimentadas, semáforos, entre otros muchos que tal vez se me escapan de la mente en este momento de teclear la computadora.

Si bien es cierto que desde hace algunas décadas nuestro municipio tiene tintes de Ciudad, también es cierto que hay algo muy íntimo que no le ha quitado el aire de provincia y es la gente, las personas que vivimos y transitamos en este pueblo, aún tenemos costumbres y tradiciones que nos han formado como seres humanos, que no nos ha trasformado en máquinas pese a las industrias que cada día nos invaden, cierto que esas industrias han traído empleo, sin embargo también han traído más gente y con ello la expansión del poblado, bienvenidas todas aquellas personas que vienen a hacer de este lugar, su lugar de desarrollo y vida, sin embargo también han llegado otras personas que han traído problemas de violencia, con ello el tráfico y la contaminación; es decir parece que San José se está saliendo de las manos de quienes lo gobiernan por falta de una visión a futuro y una mala planeación. Esto porque hemos visto que las empresas traen a sus propios trabajadores administrativos y que pretenden que la mano de obra iturbidense sea únicamente en el aspecto de los obreros. No hay espacios para la gente preparada de San José Iturbide.

Otro rubro en el que nos hemos visto limitados es el de la educación, ¿Cuántos años tenemos esperando una preparatoria oficial? En fin con la llegada del Conalep y los Vibas, se ha combatido ese problema que muchos jóvenes nos enfrentamos al salir de la Secundaria, también la Secundaria es un tema nada cómodo para los padres que tienen hijos en sexto de primaria, ya que es muy difícil colocarlos en alguna de las tres que existen. La educación superior es otro aspecto en donde nuestro municipio se ha visto un tanto castigado, sólo contamos con tres instituciones que ofrecen licenciaturas; una de ellas la Normal Superior que es una subsede de Guanajuato, otra la UNIDEG y el recién creado ITESI, Tecnológico extensión del de Irapuato , pero ¿qué tanto cubren las demandas de los jóvenes iturbidenses? Son muy pocos los que quieren ser maestros de secundaria y otros pocos los que quieren obtener un título de Técnico Superior Universitario y luego estudiar la licenciatura, y que me dicen, la mayoría se rehúsa a estudiar una ingeniería que de nombre parecen desconocidas. Si bien es cierto que estas instituciones han traído oportunidades a gente que si no fuera por éstas no tendría la oportunidad de estudiar y lograr un grado académico, sin embargo, si nos acercamos a las escuelas del vecino estado de Querétaro nos encontramos que en todas y prácticamente en todos los salones hay gente de nuestro municipio, entonces ¿qué le falta a nuestro municipio en cuestiones educativas superiores? ¿Cuándo tendremos instituciones formativas en educación superior para evitar que nuestros jóvenes arriesguen su vida yendo y viniendo a diario a otra ciudad o quedándose en ella?

Otro aspecto que me llama la atención y hace apenas unos cuantos meses, que me puse a reflexionarlo, es precisamente acerca de la identidad iturbidense. Revisando los diferentes libros que existen sobre San José Iturbide, el pueblo en donde nací, pero la meditación me vino en mente cuando al recuerdo se me vino, algo que sucede de manera cotidiana en las dos preparatorias en las que trabajo, en ambas escuelas, los jóvenes cuando les preguntas que ¿de dónde son? La mayoría de ellos responden, “vivo en San José, pero soy de tal o cual lugar…” y siempre niegan ser iturbidenses, otra de las situaciones que me ha tocado observar es, que mencionan que no les gusta San José porque es muy aburrido. Hoy en día para lograr que la población se identifique con su lugar de origen debemos de despertar el sentido de responsabilidad, además de la práctica de la crítica constructiva y el actuar en la resolución de problemas y dificultades en las que nos enfrentamos como sociedad y sociedad plenamente identificada porque convergemos en un mismo tiempo y espacio, razón suficiente para buscar una identidad.

Ya sin más darle vuelta al asunto, quiero adentrarme al tema que hoy en día nos atañe a todos aquí y que es el de la identidad iturbidense, primero, quiero hacer referencia al diccionario y decirles que identidad es “Conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracterizan frente a los demás. Conciencia que una persona tiene de ser ella misma y distinta a las demás”. Es decir, son los rasgos culturales que nos hacen ser un pueblo y es la misma conciencia que tenemos de que somos únicos frente a los demás pueblos y que eso nos permite existir como sociedad, pero, ¿por qué los iturbidenses no nos identificamos con nada? Me refiero a que tal parece que nuestro municipio no tiene un rasgo característico que nos identifique, como es el caso de el huapango en los municipios de Xichú, Victoria, Santa Catarina y Atarjea, o las poblaciones oto-pame, Chichimecas en San Luís de la Paz y los Otomíes en Tierra Blanca, las cestería de la misma Tierra Blanca, los sarapes de Victoria, las carnitas de res y el tianguis de animales en Doctor Mora, entre otras cuestiones culturales que nos hacen identificar claramente a los municipios vecinos y que de algún modo u otro sus habitantes se sienten orgullosos de pertenecer a esos lugares y lo demuestran cada vez que la ocasión se los permite.

La historia nos marca que San José nace en 1754 a raíz de la visita del obispo de México a éstas tierra, para ser exactos a la Parroquia de San Juan Bautista, ubicada en la población de Xichú de Indios, hoy Victoria, y también se nos narra en la historia que en un paraje cercano a las haciendas de El Capulín, San Diego, San Jerónimo y la Hacienda de Charcas, se fundó una nueva iglesia, una capilla para atender a todas esas personas que al tener un enfermo tardaban días en llevarlo hasta el párroco para que recibiera los santos oleos, o moría en el camino o bien en la espera de la llegada del sacerdote. Cierto es que San José se ha caracterizado por ser una población pulsante, llena de innovaciones en sus quehaceres cotidianos, ya que la llegada de las fábricas le ha cambiado la cara de manera casi total, aún, recuerdo los domingos por la tarde en que las personas acudían –después de misa- al jardín, dando vueltas y vueltas hasta eso de las diez de la noche, hoy en día, el domingo y cualquier otro día, el jardín de encuentra casi solo, pocas son las personas que acuden a tomar el aire fresco de la tarde. San José pese a esto no ha perdido su peculiaridad de población provinciana, sin embargo, el que la mayoría de sus jóvenes estudien fuera, ha ocasionado que de pronto San José parezca una población de personas mayores y niños, sus adolescentes se encuentran o en Estados Unidos o en las vecinas ciudades estudiando o trabajando y los pocos que aún siguen en el municipio en ocasiones prefieren negar su identidad, que lastima, no podemos concebir que un pueblo crezca cuando su gente no se ha identificado consigo misma, porque evitará a toda costa luchar por la mejora de los problemas comunes. El quehacer que queda para hoy en día es el de buscar fomentar el valor por la apreciación y el amor al terruño, se que existen personas muy valiosas que se esmeran por poner a San José en la cima de cualquier punto, sin embargo, en las nuevas generaciones de pronto parece olvidarse de que el pueblo en donde uno nace, siempre será el pueblo añorado, ya que se suspira por volver a él y desempeñarse en lo que uno se ha preparado, se añora ver que los hijos nuestros corran por las calles sin ninguna preocupación y en mejores condiciones que como nosotros lo hicimos alguna vez en nuestra infancia, se añora conocer y saludar a las personas que forjaron y nos legaron cada una de las partes que conforman nuestras calles, jardines y por supuesto el templo parroquial que para nosotros, sin duda alguna es lo más representativo, se añora porque nuestras tradiciones no sean olvidadas y se lucha para que no sean vistas como un espectáculo sino se vivan como parte de nuestros rituales de convergencia entre nuestra vida y nuestra muerte.

Puedo decir que San José es un pueblo construido de muchas piedras, de diversos tamaños y formas pero que en el fondo sigue siendo una comunidad, una comunidad viva que se resiste al olvido y que sobrevive a la modernidad combinando aspectos del pasado y aspectos del presente, San José es un pueblo que teje su futuro, pero que también hay personas que pretenden deshilar lo tejido y que se empeñan en sólo ver sus intereses, San José es una pepita de oro que muchos la quieren para gastársela cuando debería ser vista únicamente para pulirla. Sabemos que tenemos tradiciones, leyendas, fiestas y festejos, todos debemos colaborar para evitar que se pierdan, todos debemos poner nuestro granito de arena haciendo el mejor esfuerzo en lo que realizamos y sobre todo no debemos negar la cruz de nuestra parroquia.

*Texto de Jesús Zarazúa Rangel, publicado en la "Nave de Papel" del Diario Pueblo Chico de San Luis de la Paz, Guanajuato, en enero de 2010

Blanco amanecer en San José Iturbide





Toda la noche, el frío se coló por cualquier resquicio u obertura que existiese en cualquier habitación de la ciudad, me eché encima dos cobijas y dos cobertores, aún así, el frío fue terrible, estuvimos a 0.5° centigrados, efectivamente, muy frío, el espectáculo de nieve fue impresionante. Hoy muy temprano, a las 8 de la mañana, me levante, me arropé lo más que pude y salí con mi limitada camara a tomar fotos desde la azotea de la casa de mis papás, la escalera vieja de palos, estaba blanca completamente, la azotea parecía una pista de hielo, así que traté con mucho cuidado de pararme sobre ella y dar pequeños pasos para no resbalarme, la vista se agasajo viendo la blancura de los cerros que rodean a San José Iturbide, también los autos siguen llenos de nieve. El sol, comenzó a salir fuertemente, pero aún asi, hace mucho frío, se está derritiendo la nieve.



les comparto algunas fotos (recomedable, agrandar las fotos)





a lo lejos el Cerrito de Galomo




ésta vista es al poniente de la ciudad



el templo y al fondo La Torna







observen lo blanco de los cerros


al fondo el Cerrito de Galomo, todo blanco






los coches en pelno descongelamiento























15 enero 2010, está nevando acá en San José Iturbide

este es el cyber de enfrente a mi casa



Son las ocho y media y aquí en San José Iturbide, ubicado en la región noreste de Guanajuato lleva al rededor de hora y media nevando, una amiga, me ha dicho por el messenger, que en Doctor Mora también, le mandé un mensaje de texto a Ramón, escritor de Apaseo el Alto, y creo que no me creyó mucho, pero me contestó que tomara fotos, que eso no se ve con frecuencia, así que busqué mi camara digital, que está quebrada y que tengo que sacar las fotos al tanteo y salí a la banqueta, tomé algunas fotos. En la calle, hay gente sacándose fotos y viendo la nieve, no faltó el chiquillo que gritó "navidad, dulce navidad". Por el celular algunos amigos me han dicho que están jugando a aventarse bolas de nieve, otros que están viendo como caen las tiritas de ésta y como van pintando, primero a los coches de blanco y luego el suelo, como si se fuera llenando de talco, aunque he visto que muchos de los coches van muy despacio, con sus limpiaparabrisas quitando la nieve que impide la visión, hay poca circulación de autos en la calle, pero si hay gente, pues es temprano.

Todo comenzó a las 6, cuando me hablaron de la prepa para que adelantara la clase que debía de dar de 7 a 8 de la noche, para mi fue mejor, porque saldría una hora más temnprano y en viernes, mucho mejor, cuando salí a las 7, encendí mi coche, y puse el limpiaparabrisas y me di cuenta que quitó puro hielo, luego llegué a mi casa y casí enseguida todo se pinto de blanco y las canelitas de nieve comenzaron a aparecer, a brillar como si fuera una lluvia de confeti, saqué la camara y tomé algunas fotos, en eso, pasó un vecino y dijo "qué estamos en las Omahas", haciendo referencia que sólo en Estados Unidos nieva (siempre he oído que se dice neva, pero creo que lo correcto es nieva). Desde hace rato está así. Exactamente aquí, hice una pausa, acaba de sonar el huapango que traigo de tono en el celular, era el profesor J. Carmen, compañero de la prepa, me dice que ha estado jugando con sus hijas, que nunca había visto nevar, qué en cuanto su mujer dijo "está nevando" salió él y su familia inmediatamente a ver, y la reacción que tuvieron en vez de abrigarse fue la de salir a jugar. Éste profesor es de la costa y por supuesto que jamás había visto nevar, le comento que en San José no es la primera vez que pasa, pero que es la primera de esta nueva década 2010. Acabo de salir a asomarme, sigue haciendo aire, pero ya bajó la intencidad de la nieve e incluso ya se está derritiendo la que está sobre los coches, va pasando una señora con su hijo de unos 4 años de edad y el niño emocionado grita, "mira ese", cerré la puerta y regresé a escribir esto, quise hacer esta pequeña crónica, el día de hoy viernes. Hace ocho días tenía el inicio del año literario en Querétaro, pero a causa de la lluvia fue suspendido el evento de lecturas publicas del jardín Zenea, pero todo el día estuve con Gaby, a quien ya le hablé para contarle que está nevando, hace ocho días fue lo mejor, estar con ella, siempre pienso en ella y me encanta estar con ella, pero el trabajo hace que ella esté en Querétaro y yo acá en San José, pero siempre buscamos la forma de estar juntos lo más posible. Hoy, pensé en ir, pero como todo el día llovió, recuerdo que mandé un mensaje a Gaby preguntándole si llovía, me dijo que hacía mucho aire y pensé que pasaría lo mismo de la semana anterior.

He tomado unas fotos hace rato y las mandé por mail, una amiga que da clases en San Felipe, a ella, le comenté que estaba nevando y me preguntó que si nieve o granizo porque allá había caído granizo todo el día, le mandé las fotos y me contestó "si, es nieve" y después de eso me puse a escribir esto, como parte de la emoción y sorpresa que ha causado este fenomeno.

Hoy el hemos estado a 0.5°, el agua durante el día se congeló unos minutos despues de haber caído, y ya a estas horas nieva, por cierto Ángel Vega, pintor de Querétaro, me acaba de mandar un mensaje preguntando si es verdad que está nevando para venir a ver, claro, no es normal que en el centro del país suceda esto, recuerdo cuando niño, ya la tele nos mostraba la navidad llena de nieve, pero acá nunca había y mucho menos la cantidad que nos pasaban ahí, pese a que nevó hace más de 30 años, a mi no me tocó ver, pero ahora la puedo ver y dejar testimonio de este suceso, suceso que ha marcado la imaginación de todos, en el messenger, todos mis contactos tanto de San José, como Doctor Mora y San Luís de la Paz que están a éstas hors conectados, tienen como mensaje "esta nevando, claro, no será fácil de olvidar ese paisaje y mucho menos este frio que comienza a colarse por todas las habitaciones de la casa. Marion de Celaya, me pregunta en este momento que cómo estoy y le he conetestado que estánevando y se sorprende, le envio las fotos y me ha dicho que se las enseñará a su mamá porque ella, hace muchos años dio clases acá.

Sólo espero que el frío no cause cosas malas y que todos gozemos de este San José blanco que el invierno nos ha regalado para hacer una postal en el recuerdo, oajalá que alguien de los que viven por el centro le hayan tomado una foto a la iglesia y nos la comparta, se ha de ver muy padre.


les dejo estas fotos de la nevada, son las primeras que se publican a unos minutos, son las 8:52, de la noche y dejaré de escribir, deseándo lo mejor para el 2010.





éste es el árbo de afuera de mi casa



así se ven las canelitas de nieve o cristales, según se conozcan